viernes, 28 de noviembre de 2008

Re-pensemos Conceptos

“No nos olvidemos de los de antes, del pasado,
sino cómo vamos a saber quienes somos”
(Anónimo)

La Cultura Occidental se fija en la supremacía de un mundo sobre el otro. Se impacienta más del mundo exterior y del mando de la materia. Se decía mundo salvaje a los lugares donde no había ciudades. El Mundo Andino como un elemento extraño a la concepción del mundo. Ya que en lo Andino ni las ciudades, ni la agricultura era necesaria, pues la naturaleza era más generosa. La relación con la tierra, la Pachamama, entendida como la divina, la eterna, hacían brillar la chacra, la tierra.
El modo de opresión occidental desde el imperio romano fue a base del concepto “divide y vencerás”. Este sistema exitoso, ha servido para su gran desarrollo pero también desintegra no sólo a los enemigos de su centro de poder sino a todo, lo descompone, lo desmiembra.

El mundo andino se caracteriza por una historia de enfrentamientos culturales. El secreto de los Incas, por ejemplo, que tenían como principio la voluntad de colaborar más que de odiar, la complementariedad, la reciprocidad, con el principio de corresponder, con la solidaridad, con la ritualidad. Y con la equivalencia; primicias que son como la vida armónica que para ellos significaba el buen vivir. Y que para ellos la llegada de los españoles, la llegada de Pachacutec, fue el fin del mundo.

¿Pero quién lo dice? ¿Desde dónde hace esta afirmación, él vivió para contarlo? Cómo repensar los conceptos. ¿Cómo? ¿Cambiarlos por sinónimos? NO, no podemos, no es un caso imposible pero sí difícil, toda la concepción que tenemos acerca del mundo, todo el lenguaje, todos los símbolos que utilizamos vienen desde un pensamiento Occidental. Cómo desapropiarnos de ello.

Occidente ha desarrollado una ideología de la pureza que se plasma por ejemplo en el racionalismo de la “razón pura”, en las ortodoxias religiosas y teológicas y en una supuesta cultura occidental “pura”. En el Mundo Andino saben que la “pureza” es signo de muerte, de esterilidad y de violencia. La vida siempre se contamina, se mezcla, se junta con otros modos y maneras, se deja interpelar e interpela.
El mundo andino es un manifiesto apasionado por el valor vital de las “impurezas” y de los múltiples “sincretismos”. Sustenta que la hibridad cultural y el sincretismo religioso no son “desviaciones” e “imperfecciones” respecto a un modelo de pureza dogmática y cultural, sino signos de la vigencia energética vital de lo ‘andino’. Una cultura “pura” tarde o temprano llega a descansar en el museo.
Muchas veces se ha cuestionado la validez científica del pensamiento andino, de su sabiduría y conocimiento, por considerarse que es empírico y sin una base científica sólida en la que se sostenga, cuestionamiento que generalmente proviene de intelectuales formados por la sociedad occidental.
¿Cuáles eran las formas de comunicarse, cuando no existía internet, teléfono? Como seres humanos cada vez nos vamos volviendo más vagos, más inútiles, todo para nosotros es más fácil. Cuestionemos de cómo la personas antes se transportaban, se comunicaban, se organizaban, no en los libros, preguntemos a nuestros abuelos, cómo era su vida.

Ahora tenemos todo a la mano que hasta pensar a muchos les parece cansado, la conformidad es un problema de todos, es la ciencia y la tecnología la que esta avanzando, pero lo que más debería avanzar es nuestro pensamiento. Somos nosotros los que no tenemos la capacidad para retroceder, ver el pasado y volver a re-pensar. Cada día nos vamos volviendo mecánicos, inservibles. ¿Cómo vamos a terminar si continuamos así? ¿Sin conciencia propia, pensar desde lo otro? ¿Leer y leer para conocer más, un escape? ¿Pero cómo saber si ese autor se desapropio, hizo una representación de la historia o la cuenta como muchos, desde su percepción, desde su forma de conocer el mundo, desde occidente? Tenemos que dudar de todo incluso del pasado.

Estamos con la capacidad nuclear de destruir cientos de veces nuestro planeta y con la capacidad mecánica de terminar con la vida y consumir todo lo que hay. Pero al mismo tiempo somos personas, con un carácter, un temperamento que pueden ser compartidos y algo que nos es exclusivo para cada persona, su pensamiento. Y las personas no solo están en capacidad de decidir de manera individual sino que además tienen el conocimiento y pueden cambiar la realidad de manera parcial. ¿Cómo? Por medio de la imaginación, el don más grande que pudimos haber adquirido, no hace falta del estudio para entender las necesidades. Por que lo único que nos queda son relatos distorsionados del tiempo.

Tenemos que desaprender para aprender de nuevo. Para entender a los demás, intentemos ponernos en su pellejo. Un re-aprendizaje de conceptos arcaicos que debemos desechar, por medio de un aprender a desaprender todos aquellos aspectos negativos que la sociedad ha ido transmitiéndonos, de generación en generación, hasta nuestros días. Hay que tener presente que no solo tenemos que educar, también es preciso que nos reeduquemos.